Hace un buen tiempo ya, hice este texto, cuando lo realicé me encantó, todavía creo que tiene esa magia, pero tal vez hoy, no pondría a hablar a Steve Jobs (en quien basé el relato), a veces le venden la idea de un personaje diferente a uno, hoy murió Sandra Reyes, una de las mejores actrices colombianas de siempre, tal vez hoy la pondría a hablar a ella. Bueno igual no fue, fue así, y este es:
-Un, dos, un doh, treh, cuah – Así comienza a sonar un Jazz “asalsado”, el español es el idioma oficial; trompetas, guitarras, bajos y contrabajos, congas, bongoes y baterías, suenan en un gran salón de baile, los ritmos más pegajosos y hermosos van y vienen, Celia, John y Carlitos están riendose y diciendole al negrito Álvaro José que haga ese ruido tan particular que viene desde la garganta, y suena como un chillido de un pájaro; todo el mundo está de fiesta, mientras unos bailan otros dialogan sobre el futuro de la humanidad, pues el por qué vinimos a la tierra ya no tiene sentido, Steve está hablando con Walter Elias: -Muchas Gracias- dice Walter.
-Todo fue idea de John, es un genio cuando venga te lo presento
-Si, vi Toy Story, que buena historia.
A la conversación se añade Frederick o Tex como le dicen sus amigos:
-Nunca me gustaron los finales felices, pero esa historia definitivamente es la excepción. Lejos de ahí, al otro lado del salón, se encuentra Leonardo leyendo el Código Da Vinci – Ja,ja,ja,ja,ja,ja- Suelta una risa que se escucha hasta 20 metros a la redonda, esa risa tan pegajosa que él solo tiene, se acerca William con su viejo amigo Joseph y le pregunta:
-¿De que te ríes?
-Que imaginación la de este señor Dan, cuando venga le voy a explicar bien.
-Cuando lo acabes ¿me lo prestas?
-Claro.
El señor Charles que está a unas personas de Leonardo, escucha la exquisita música que suena, y piensa- Necesito Hablar con el señor Roberto, será que ¿la Bruja del 71 si es la mamá de Godines? o ¿me lo soñé? – Se sonríe – que genialidad, que genialidad.
En cierto momento se interrumpe la música, y una voz prominente pero amable dice: Démosle la bienvenida al señor Steven Paul Jobs.
Steve camina hacia la tarima donde el grupo de músicos está tocando y se dispone a hablar:
-Hay personas aquí que no conocía, de otros ya había escuchado hablar, pero es un honor para mi estar acá, así me imaginaba que era esto, y no estaba preparado para un discurso después de la muerte, pero pues también que se le puede decir a personas que hicieron más que yo, o por lo menos lo veo así, mis inspiraciones están aquí, mis sueños y algunos de mis maestros, lo único que les puedo decir es gracias.
-Un, dos, un doh, treh, cuah – Vuelve a empezar aquella música celestial, donde Patrick baila, y Orson hace bromas ingeniosas a Miguel Ángel, William sigue escribiendo porque después de la banda va su obra de teatro, claro, será en tres días ya que faltan muchos músicos por presentarse, Homero está viendo televisión y riendose de su tocayo en una serie animada.
Afuera del salón se escucha la música fuertísima, y hay un letrero que dice “Reservado para los que hicieron algo por la humanidad, cualquier cosa.” un señor con una barba tiene una lista de espera, y frente a él, hay una fila de los parientes que quieren visitar a los que van a estar o están en el salón, y de primeras está una pareja:
-¿Ya llegó, Gustavo?
-No, me temo que se niega a morir, el jefe está resolviendo si lo deja más tiempo o si ya es suficiente, lo siento – dice el señor barbudo.
-Gracias.
Afuera está lleno de salones, y cada uno tiene un cielo diferente que cualquiera puede visitar, hay veces que la persona puede entrar a cualquiera de los salones, dependiendo, por ejemplo Leonardo Da Vinci puede entrar a cualquier salón, de ahí viene la expresión “tiene ganado el cielo”.